GLOBALIZACION, CAPITALISMO Y COMERCIO AGROALIMENTARIO ENTRE EL MERCOSUR Y LA UNION EUROPEA
José Antonio Segrelles
Departamento de Geografía Humana
Universidad de Alicante (España)
En un trabajo reciente (Segrelles, 1999 a) planteaba dos cuestiones que a mi juicio son esenciales para comprender los procesos político-económicos que están desarrollándose en el mundo durante las últimas décadas, como es el caso de la creciente globalización (o mundialización) de la economía, la formación de grandes bloques regionales, la progresiva liberalización comercial o el aumento de los intercambios mercantiles a escala planetaria. La primera cuestión hacía alusión a que el término globalización, al socaire del neoliberalismo, constituye un eufemismo para designar esa fase avanzada del capitalismo mundial que persigue a toda costa mantener sus tasas de ganancias en territorios cada vez más amplios, amparándose para ello en la tendencia generalizada hacia la liberalización del comercio y los mercados de capitales, la creciente internacionalización de las estrategias empresariales de producción y distribución y el desarrollo tecnológico. Es decir, nuevas tácticas que sirven a un viejo ideario de acumulación y reproducción del capital. La segunda de ellas ponía de manifiesto que la lógica inmanente del modo de producción capitalista estriba en la creación de contradicciones y desequilibrios "necesarios" entre áreas (centro-periferia), países (desarrollados-subdesarrollados), hábitats (campo-ciudad), sectores económicos (agricultura-industria y servicios), relaciones de producción (capital-trabajo), personas (ricos-pobres) y clases sociales (explotadas-explotadoras).
Desde hace algún tiempo proliferan, más en Latinoamérica que en España y Europa, excelentes trabajos sobre la globalización, los bloques económicos regionales y sus relaciones, los acuerdos comerciales internacionales y la liberalización del comercio mundial realizados por técnicos y científicos sociales de diverso signo: agrónomos, veterinarios, geógrafos, economistas, juristas o historiadores. Sin embargo, es menos frecuente encontrar una asociación clara y una interdependencia manifiesta entre dichos procesos y la preeminencia del sistema capitalista en el mundo. En ocasiones, leyendo la bibliografía acerca de estos temas, sobre todo la española, parece como si la evolución de la economía y el comercio mundiales se produjera de forma espontánea, porque sí, como si formaran parte de una progresión natural, sin tener en cuenta que las relaciones de producción impuestas por el capitalismo son determinantes para el nacimiento, avance, estancamiento, retroceso, transformación u organización de las pautas político-económicas y sus influencias sociales y territoriales. Asumir esta base teórica deviene, por lo tanto, fundamental como punto de partida para reflexionar sobre el tema estudiado en este artículo.
El acuerdo marco firmado en diciembre de 1995 entre el Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y la Unión Europea (UE) tiene como objetivo final establecer una asociación interregional de carácter económico y político basada en una progresiva liberalización del comercio, aunque además se asienta sobre la cooperación en diferentes ámbitos que van más allá, al menos en teoría, de lo estrictamente económico y mercantil, ya que también afecta a las instituciones, la educación, la formación, la cultura, la información y las comunicaciones. Aun teniendo en cuenta la relevancia de estos factores, merece la pena resaltar, dentro del actual proceso de negociación, las cuestiones relacionadas con el comercio agroalimentario entre ambos grupos de países porque se trata en muchos casos de productos muy sensibles sobre los que todavía existen posturas encontradas. Y todo ello pese a la opinión del actual presidente brasileño F.H. Cardoso, citado por M. Buxedas (1996), que sostiene que las relaciones comerciales entre el MERCOSUR y la UE son más de complementariedad que de competencia. Asimismo, la referencia al comercio de productos agropecuarios trasciende necesariamente las relaciones MERCOSUR-UE para incluir también de forma tácita a Estados Unidos, pues las principales presiones para que se lleve a cabo el estricto cumplimiento de ciertos acuerdos comerciales internacionales, como el Acuerdo General sobre Tarifas Aduaneras y Comercio (GATT), que mediatizan tanto al MERCOSUR como a la UE, proceden de la superpotencia económica y agrícola norteamericana.
El objetivo principal de este artículo es, pues, reflexionar sobre la forma en que se establecen las relaciones comerciales agroalimentarias entre ambos bloques económicos regionales, cómo se inserta esta relación en los condicionantes globales actuales, la intensidad del clásico vínculo dominación-dependencia y las repercusiones que la total liberalización comercial pueden tener en los sectores agropecuarios, espacios rurales y sociedades del MERCOSUR y la UE.
Texto completo em: http://www.ub.edu/geocrit/sn-49.htm
Muito bom
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